Un personaje particular, especial, muy querido y estimado por todos aquellos que lo conocieron por su bonhomía, espíritu solidaria proverbial disposición a ayudar y acudir en auxilio del necesitado cuantas veces fuera necesario sin medir riesgos y sin tomar en cuenta situaciones difíciles, aparte de su gran amor por los niños, lo fue Don CASIMIRO SZLAPELIZ, figura señera de la patagonia voladora y emprendedora.
Y quien mejor que su propio hijo Don Febo Szlápeliz nos relate la vida y trayectoria de su progenitor, amigo tan querido y recordado.
Don Casimiro, nacido en Lituania el 1º de Octubre de 1895, residio primero en Entre Rios cuando solo contaba con un año y medio de edad.
En 1903 llegó a Comodoro Rivadavia y su primer actividad fue la de llevar a abrevar caballos de los carreros que acompañaban en Comodoro, al arroyo La Mata, actividad que alternaba con sus estudios primarios. Más tarde se radicó en Sarmiento donde el 12 de Octubre de 1919 contrajo matrimonio con la Srta. Amalia Ramig. Trabajo entonces por su cuenta a tal punto que fue contratista de la entonces Dirección de Puentes y Caminos haciendo rutas y donde también fue minero y contratista de Y.P.F.
En tiempos de Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia, dirigió las obras de las escuelas construídas entonces en el Alto Rio Senguerr, Facundo, Rio Mayo, Pasto Blanco, Ricardo Rojas, Aldea Beleiro, El Coyte y Apeleg como así tambien la sala de primeros auxilios, hasta 1949. En el año 1950 logró un contrato de movimientos de tierra para Y.P.F. en Cañadon Seco, dondé se trasladó a vivir. Mientras un representante permanecía al frente a estos trabajos, Don Casimiro se trasladó al Senguerr para atender un horno de cal propio, permaneciendo allí hasta 1964 año en que regresa a Sarmiento como Jefe de Vialidad Provincial cargo que ha de resignar por el de asesor hasta obtener su jubilación ordinaria en el año 1980.
Tres año más tarde, 10 de Mayo de 1983 fallece en la localidad de Sarmiento.
En las fotografías mostramos algunas de sus tantas y variadas actividades que desarrolló como la significativa trascendencia que tuvieron sus actos en el seno de la comunidad Sarmientina que lo cobijó durante tantos años.
Casimiro en el Aeroclub, junto a su "CHIMANGO"
EL ALUMNO LLEGO VOLANDO
Desde sus comienzos aeronáuticos voló sin brevet hasta 1951. "Empezaron a aparecer los controles y las trabas y cuando iba a Comodoro tenía que evitar la pista de la ciudad. Aterrizaba más lejos, en Astra. Allí ataba el avión a una mata, y después seguía hasta la ciudad como podía."El método no sirvio de mucho. Un día, ni bien aterrizo en Astra, un policía le espeto: "Está detenido". El argumento del policia se basaba en ordenes de la autoridad aeronáutica. Szlapeliz sugirió despegar enseguida y volverse para sus pagos; y el policia aceptó bajo el compromiso mutuo de no haberse visto. No le quedó otra alternativa que hacer el curso. En 1951 emprendió viaje hasta el aeródromo de San Fernando, en las afueras de Buenos Aires, con el fin de conseguir su registro de piloto. Cuando se apeó del avión, le preguntaron de donde venía y para qué. "De Chubut para hacer el curso de piloto", dijo casi con ingenuidad. Al borde del desmayo, los instructores sólo atinaron a preguntarle: "¿Y se vino con ese avión desde Chubut?" Entonces Szlapeliz replicó, casí pícaro: "¡Pero claro, si es mío!".
Ahora su chimango padece los rigores de una recorrida, ajustes generales y reparación, que la Base Aérea de Comodoro Rivadavia le brinda sin cargo. Allí su dueño posó para Siete Días y mostró los detalles de su maquina. "Gasta 18 Litros por horas. Es económico", se alegró. En la cabina no existen vestigios de aparatos de radiocomunicación y ni siquiera de un radio-compás para asegurar el derroteo de su navegación. "Vuelo a ojómetro", se excusa. Los que lo han visto partir con su aparato aseguran que se parece mucho más a un jinete, o por lo menos a un motociclista. Y tienen sus razones, ya que cuando afronta un viaje suele ataviarse con poncho para contrarrestar el frío de la cabina: el caño de la calefacción debió derivarlo hacia el motor "porque el carburador se me escarchaba en vuelo". Además, una vez que el motor arranca, luego de repetir el giro de la hélice, Szlapeliz se desliza hacia los costados del avión sujetándolo para que no lo arrastre el viento, a la vez que destraba las calzas que sujetan cada rueda. Cuando suelta la última, salta a la cabina y sonrié para emprender el carreteo.
Tiene setenta y nueve años y todavía pilotea su avión en los ventosos cielos patagónicos. Su mayor placer conciste en bombardear con centenares de caramelos los patios de las escuelas rurales. Ante Siete Días habló de su llegada a Chubut en 1903, evocó la vida de los aborígenes que aún vivían en la zona y detalló las peripecias que padeció persiguiendo una quimera: la explotación de una mina de hierro y cobre que descubrió en 1929. Una biografía poco común.-
Don Casimiro obsequiando caramelos a los chicos y de cuando en cuando, tocaba el acordeón.
Municipalidad de Sarmiento
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